¡Silencio! Continúan matando cubanos

Por Rafael Román Martel

La conspiración más efectiva no se maquina en el murmullo, se desarrolla sin palabras, se realiza en el silencio. El caso del maltrato que ejerce Castro sobre el pueblo de Cuba volvió a cobrar vidas el mes pasado cuando 41 cubanos, entre ellos mujeres y niños fueron asesinados por los guardacostas cubanos ante los ojos del mundo. El Papa protestó, Bill Clinton también denunció la masacre, pero la prensa internacional no alzó su voz, no se hizo eco de unas protestas justas. La prensa norteamericana ignoró el suceso. El silencio de los que practican este tipo de periodismo esta manchado de sangre. Mientras vuelcan sus energías hacia el caso de O.J. Simpsom y la inminente invasión a Haití-con la que muy pocos están de acuerdo-se ignoraba la masacre en Ruanda, hasta que en tres meses ha dejado un saldo de 550 mil muertos, la magnitud de este holocausto precipitó la noticia y en las pantallas de televisión vimos como decapitaban a un ser humano que con las manos cogidas en forma de oración pedía clemencia.

Algún día el mundo se arrepentirá del silencio ante este genocidio.

Cada vez que aparece un cadáver en las calles de Puerto Príncipe sale en los periódicos de mayor importancia, en los noticieros internacionales. Y así, cuando el mundo vive bajo este salvajismo se le ocurrió no sé a quién poner una bomba en la embajada judía en Argentina. Otro acto de extrema violencia. Noticia internacional. ¡Alerta todo el mundo! Se paralizaron las noticias que llovían en las agencias. El caso de los judíos monopolizó los noticieros, los editoriales de los periódicos, los comentarios de los expertos y la preocupación mundial.

En esos días Fidel Castro asesinó a 41 cubanos de la forma más vil. No en Argentina. No en Ruanda. No en Bosnia. No a mil millas de este país, sino en Cuba, en el patio de Estados Unidos, ante los ojos de los Estados Unidos. Pero no fue noticia. No apareció en los editoriales de los periódicos. El mundo no se enteró, porque los que manipulan y fabrican la forma de administrar la información callaron y los que dependen de ellos callaron.

Está claro que la vida de los niños, mujeres y hombres cubanos no tienen el valor de los que caen en la embajada israelita de Argentina. Es como si el mundo del periodismo se hiciera cómplice de Fidel y junto a él demuestran su odio por el pueblo cubano.

La prensa internacional nos hace mucho daño.

El internacionalismo nos ha costado la nación.

Los extranjeros practican el Apartheid en Cuba, no importa. Fidel Castro y sus esbirros asesinan a los cubanos, los humillan y los tienen en un estado de miseria material y humana que malamente se puede describir, no importa. No le importa a la prensa mundial y como el mundo lee la prensa que no relata estas verdades ni las condena, el mundo no se entera, y si lo hace es a base de eufemismos, atenuantes y mentiras que ayudan al causante de estas desgracias.

La conducta de la prensa en relación con la matanza de los cubanos es abominable.

Los cubanos estamos solos en nuestro destino y en nuestro holocausto. Desgraciadamente no entendemos esto.

El dia que entendamos que lo único que nos une, identifica y fortalece es la cubanía, el sentimiento de unidad y nación, y partamos de ese punto, derribaremos no sólo la dictadura, sino el laberinto materialista, individualista y por lo tanto carente de espíritu de sacrificio que nos afecta, porque la Libertad no nos la va a regalar nadie, asi como nadie auténticamente condena la matanza y el martirio de nuestro pueblo.

Publicado en La Voz, Elizabeth, NJ, Estado Jardin News, N.J., en Agosto de 1994 y en El Diario/La Prensa, 3 de diciembre de 1994.

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