IX
IX
Entre tú y la noche hay un abismo
De rosas cortadas sin escape
Rosas en la mesa
Rosas en la sangre
De la sábana que nos cubrió
Toda una vida
Un abismo, unos labios
Enlazados como pétalos de agua
Rosas de la noche
Rosas que dan tumbos
Y nos colorean
De lágrimas y marrón y
Cuentan al revés sus raíces
Su inexistente ausencia
Y tus ojos toda luz
Arden y consumen
La sequía del olvido
Solo rosas quedan
Solas
Solamente
Vestidas de un grito
De un gemido que se extiende
Que sin entendernos
Nos abraza
Ahora que hemos cruzado la mitad del camino,
se desangran los espejos
Las espinas bailan incesantes
En las venas de los amantes
Ahora que nos mordió el aire de la tarde
Y su ensordecedor ruido
Nos arrasa
los ojos y el aliento
¿Qué nos queda amor,
sino un abismo de rosas
cortadas en la sangre?
Rafael Román Martel UC 9 5 2015</