Editorial de El Despertador de New Jersey No. 3 Sept 2006
Editorial del No. 3 de El Despertador de NJ/Sept 2006
El pasado 10 de agosto las autoridades inglesas y norteamericanas apresaron a un grupo de terroristas que intentaban realizar un acto “aún mayor que el de 911” como repitieron los muñecos televisivos. La huella imborrable del 911 pesa en la conciencia de América, pero para muchos de sus habitantes lo que hubiese sido un llamado a la cordura ya la unidad o un gesto irascible hacia los terroristas se haconvertido-o ha seguido el rumbo del olvido. Este país no quiere recordar y está propenso a repetir el horror del aquél fatídico 9 de septiembre del 2001.
Todo ha cambiado menos la naturaleza humana con sus tendencias desbocadas en la violencia, el supra consumerismo, la envidia y todos sus elementos y sobre todo el servilismo, el llamado a admirar al que más fuerza muestre. Esto no es intrínseco de América. A unas noventa millas el olvido, la inndignidad y la corrupción se hacen latentes en un pueblo repleto de contradicciones. Hace unas semanas el viejo caimán de Fidel Castro estaba en mal estado de salud y sus seguidores-léase esclavos-mostraban una genuflexión desafiante y directa. El otro tipo de genuflexión la practican la mayoría de los cubanos que continúan llevando todo el dólar que tienen y no tienen a sus familias en Cuba. Eso está muy bien por el lado “humano” pero mientras se muestran los logros que se han alcanzado en este país y se saborean a ritmo de dólar las esquisiteces del consumerismo, se pudren en la cárcel 75 periodistas independientes y otros miles que han decidido hacer algo para salvar la nación. ¡Al carajo con estos aguafiestas! Exclaman las acciones de los miles que continúan viajando a Cuba llenos de paquetes y dólares dispuestos a comprar no sólo comida y ropas para sus familias, sino a los corruptos oficiales de la aduana cubana y a cualquier otro fidelista que se ponga por el medio.
En América se conmemorará el 5to. anivesario de aquél 911 que a tantas familias impactó. Con las calles repletas de jóvenes que no respetan ni a sus padres mientras otros mueren diariamente de Iraq, Afganistán y otros lugares remotos de este mundo donde se combate el terrorismo, con una emigración que reclama sus derechos a palos, con un país donde el “party” está a la orden de 24/7 y hasta algunas organizaciones benéficas que recaudaron millones para las víctimas del 911 metieron la mano y hasta el cuerpo entero en el dinero destinado a huérfanos y viudas, los familiares de las víctimas se deben estar preguntando ¿Qué está pasando aquí? Desafortunadamente la respuesta es que aquí no pasa nada hasta que lo queman a usted porque el lema nacional es “Sálvese quien pueda!”, frase creada en Cuba en otras palabras: ¡Qué se joda otro, tú NO! Por eso Cuba está en manos del más malo, que viene a ser “El Caballo” que la mayoría admira aún por encima del odio y el daño que haya causado a este desgraciado país.
Tal parece que aún con todos los símbolos de relexión y conmemoración que tomarán lugar a través de este gran país por seres humanos que no olvidan, la mayoría prefiere voltear la cara. Como bien decía T.S. Eliot “el hombre no puede soportar mucha realidad.” Y este elemento que una vez no fue el prevaleciente lo es ahora. Estamos siendo “vencidos por el fuego de la especie.”
Quizá Machiavelli se equivocó con lo del terror siendo el más fuerte de los componentes de control. El autor de “El Príncipe” estaba lejos de conocer una fuerza mayor cuya palabra representa los valores que hoy prevalecen: pachanga.