Granma Review

Rafael Román Martel

Me senté frente a la computadora. Miré para la derecha, después para la izquierda-de la izquierda viré la cara rápido por lo menos hacia el centro. Me sentí seguro que Bush no me estaba mirando en una de sus millones de cámaras. Ese mismo día me había dicho un compañero demócrata liberal que el enemigo Bush mantenía una cerrada vigilancia en todos nosotros. Que desde 911 aqui no había quien se moviera sin que Bush lo supiera. Sin embargo, sentí que en esos instantes Bush y sus agentes habían bajado la guardia. Me llené de valor y entré a Granma Internacional. Si leía rápido sus páginas los agentes norteamericanos no se enterarían de que estaba leyendo “literatura” subversiva. “La batalla de las ideas”, “Cien años con Fidel” (el libro) ¿Cien años con Fidel? Are you kidding? “Los cinco héroes no serán olvidados por los compañeros”, “Anécdotas de Vilma”, “El día que vi a Fidel”, “No seremos derrotados”, “Miles se mueren de hambre en EU mientras Bush come bien”, “Mis conversaciones con el Ché” y así una tras otra historia llena de retórica, de un espesor con 48 años de añejamiento, no comerciales, no respiros.

George W. Bush se entrena a diario para su anunciada en inminente invasión a Cuba mientras vigila 24/7 a todos los residentes de Los Estados Unidos

Pensé en Bush, el enemigo de todos, el padre de la maldad. Tengo que confesar que no me pareció tan aburrido. Por lo menos hace chistes. No tiene energúmenos como Randy para que le “hagan” entrevistas, el tipo camina con cierta libertad. Hasta se ríe. Elije secretarios de estado que no se parecen a “Roque no me Toque”. Pero siendo un demócrata registrado con corazón repúblicano regresé al Granma. ya no me importaba que los agentes de Bush me descubrieran. Había traspasado la barrera del miedo. Estaba decidido a enfrentar al imperio. Tenía que asegurarme que el Granma era una realidad no una pesadilla.

“Aviación norteamericana mata a civiles”, “Relexiones de Fidel”, “Fidel y los niños”, “Fidel y los grillos”, “Fidel y Fidel”. Entonces recordé la frase de Raúl en el Primer Congreso de Todos Los Comunistas Juntos del Planeta: “Fidel es nuestro papá, Fidel es el papá de todos”. Cerré la página del Granma. Reflexioné sobre las veces que el New York Times me ha cocinado el hígado en mis años de juventud. Las veces que CNN y sus agentes socialistas disfrazados de anchor people me han virado la cabeza al revés con sus maldades. Pero por lo menos había comerciales y hasta una muchacha bonita que hacía las entrevistas, no Randy. Por lo menos no me tuve que disparar a Randy todos estos años. De pronto una gran apreciación por los cubanos que han tenido que aguantar a Randy, a Fidel y a Raúl todos estos años creció en mí. -Los cinco héroes no son los cinco criminales que están presos en la Florida, los cinco millones de héroes son los que tienen que aguantar esta perorata todos los días-y muchos desde que nacieron.

Mi enemigo Bush me pareció entonces hasta simpático. Me importa un bledo que me vigile. Y ahora comprendo perfectamente a los comunistas que visitan nuestros blogs-Abajo Fidel (Fantomas), Babalú, Mirando a Cuba y otros. No es que sean espías que tienen la enfermiza labor de leer lo que escribimos los que funcionamos en el mundo esclavo de Bush, ni es que los blogs sean tan buenos que ellos se ven obligados a leerlos por su increíble calidad, es que esta pobre gente no puede más con el Granma que los tiene locos por 48 años. Imagínese usted compañero esclavo del imperalismo-de donde todos queremos huir (hasta los mexicanos)-que a usted lo tienen leyendo el Granma toda su vida y por la noche le zumban a Randy y que ni siquiera pueda ver Women’s Tennis y se pierda a Maria Sharapova y de contra tenga que ver una vez más la mesa retonta-como dice Fantomas.

Maria Sharapova

Cerré el Granma y abrí el último discurso de mi enemigo Bush. No me pareció tan aburrido y le dí gracias a Dios por haberme librado del Granma por la mayor parte de mi vida.

Advertisement