Otra Pérdida de Tiempo en Latinoamerica: Insultos, vulgaridad y dignidad en El Grupo de Río
En la tarde de hoy, 7 de marzo del 2008, el Presidente de Colombia, Alvaro Uribe, le ofreció a los presidentes latinoamericanos, sin costo alguno, una magnífica lección de cívica, política y diplomacia, además de cantarle cuarenta verdades a mandatarios que lo han insultado, acusado y regañado los pasados días por el problema que ha desarrollado Venezuela en la frontera de Venezuela y Colombia.
Ortega fue categoricamente instruído sobre los errores que cometió en pasadas declaraciones y sobre su confusión sobre la democarcia en Colombia.
En momentos en que hablaba el presidente Uribe la señora de la Argentina, La Kishner, you know Maletagate, se levantó, en un despliegue de falta de respeto y vulgaridad poco comunes en reuniones internacionales. Fue un episodio triste en la tristísima tragicomedia latinoamericana. Los presidentes de Ecuador, Nicaragua, y de otros países latinoamericanos, con algunas excepciomes, han dado la impresión de haberse combinado para atacar al legítimo gobierno democratico de Colombia y defender a las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), que hacen le hacen guerra a la democracia colombiana.
Hugo Chávez, para no perder la tradición, hizo el ridículo ante el mundo que pudo ver con claridad a un hombre que no está apto para conducir con coherencia los destinos de Venezuela. Lo más preocupante para todos los mandatarios es que Hugo Chávez no tiene ninguna credibilidad ni interna ni internacional, ni el su pueblo ni en los medios periodísticos. Cualquier manifestación de paz o solidaridad de parte de Chávez no puede ser tomada en serio. Pero en serio por poco mete a su país en esta ocasión. Nadie quiere una guerra en latinoamerica, con, al parecer, excepción de Chávez que se ha preocupado en provocar a sus vecinos e involucrar a otros mandatarios de cuestionable voluntad.
En esta reunión la prensa seguramente extraño a Fidel Castro, quien siempre da el tono cirquero a todas estas reuniones simbólicas, palabra que resume los acuerdos y las metas en latinoamerica. Castro ya no es presidente de Cuba. Ahora escribe libros y medita. Sin embargo ya estas citas de presidentes amigos no tienen el mismo colorido que cuando Castro venía con su barba y su gorioso uniforme verde olivo a meter sus diatribas de tres horas en contra a los malvados yankis y al Hijo de Satanás, George Bush (George Bush es el malo). De algo estamos seguros, con la salvedad de mandatarios como Uribe y otros de corte serio, latinoamerica es la misma porquería, el mismo basurero con diferentes disfraces o latones. Y es que sin ánimo de insultar a nadie, “nuestro” continente es un desastre. En 1991 se celebró la primera Cumbre. Escribí entonces una artículo titulado “Una reunión de amigos”, en el que intuía que nada se iba a resolver. Dieciesiete años después los problemas del continente condenado se han multiplicado. Han pasado buenos y malos presidentes, algún que otro dictador, pero la economía sólo ha favorecido a los ricos, las oportunidades le han sido negadas a las clases más pobres y de eso se agarra el comunismo para sembrar su semilla venenosa. Lo único que ha aumentado en cantidades alarmantes en estos 17 años ha sido la imigración hacia Estados Unidos.
Un toque pollero en la reunión lo dio el presidente de Bolivia, Evo Morales, muy pintoresco, muy bonito y todo. El problema es que nadie sabe de lo que el hombre está hablando. Nadie lo entiende. Cuando se le da la palabra comienza el realismo mágico. El hombre comienza a hablar disparates. Es la señal para los demás mandatarios de tomar café, de ir al baño. Evo es uno de los más adelantados discípulos de Chávez, quien-a propósito-cantó hasta una canción en medio de esta reunión. ¿Cómo podemos pedir que los yankis or Alemania o Inglaterra nos tome en serio?
Afortunadamente la conferencia cerró con un abrazo común. No sin antes Uribe poner en su sitio, con otra lección de política internacional, a los majaderos en su sitio y darle hasta un beso a la señora, you know Maletagate. Todos contentos para su casa. Si hubo un ganador en esta reunión tuvo que haber sido el presidente de República Dominicana, Sr. Fernández, quien fue el anfitrión y quien tuvo la mayor presión y habilidad política para mantener un balance que no llegara a provocar un episodio que desembocara en furias ni violencias entre los países en conflicto. Leonel Fernández mostró su madera de estadista ante esta difícil situación. No veo como pueda ser criticado por sus opositores internos cuando nadie hubiese querido estar en su lugar en estos difíciles momentos ni creo que ningunos de los presidentes hubiese demostrado más serenidad y madurez política.