West New York Celebra el 20 de Mayo honrando a ex-presos políticos cubanos
El poeta, filósofo y ex -preso político cubano Jorge Vals recibe un reconocimiento de la municipalidad de West New York, New Jersey, el 17 de mayo del 2012 de manos del alcalde Félix Roque. Mediante su humanismo ecuménico, su arrasante cultura, su intachable conducta durante su injusta prisión de 23 años y un día, y su indomable valor Vals es una de las figuras más emblemáticas de la conciencia independentista cubana. Propio es que la ciudad de West New York le haya otorgado este merecido reconocimiento.
El comandante Montero Duque, quien tiene una extensa trayectoria por la libertad de Cuba, recibió una proclama de la ciudad de West New York en este día en que los cubanos libres celebramos la independencia de Cuba, lamentando que haya caído en manos de un estado totalitario y hoy en una oligarquía perteneciente a la familia latifundista de los Castro-Ruz. Montero Duque también sufrió largos años de prisión por su posición contestataria a favor de la democracia y contra la esclavitud cubano-marxista que hasta el día de hoy impera en nuestra patria.. Como Jorge Vals, llevó más de 20 años de prisión política de una manera digna, sin temerle a la muerte, sufrió vejaciones y se mantuvo “plantado” ante el salvajismo comunista. Es responsabilidad de las generaciones venideras no olvidar el sacrificio y la conducta de estos hombres , quienes enfrentaron la adversidad y la barbarie por lograr una Cuba verdaderamente independiente. Montero Duque, como Jorge Vals y los que enfrentan hoy la dictadura de la oligarquía castrista tendrán siempre un sitio en el corazón de nuestra historia.
Las 20 sombras de mayo
Por Rafael Román Martel
La noche del solemne 19 de mayo de 1902, habiendo conmemorado la caída de nuestro apóstol, los habaneros quitaron las hermosas cintas negras de sus balcones, negocios, puertas, parques y lugares públicos y decoraron las calles de la capital para la gran fiesta: la esperada independencia. A las doce del día después de algunos cañonazos, el general Leonardo Wood, Gobernador Militar de la Isla, le entregaba el gobierno a Tomás Estada Palma. Se tiraron cohetes y voladores. Un ambiente celebrado por todos los periódicos habaneros al día siguiente reinaba en todos los rincones de la exótica capital caribeña. -Al fin creo que hemos llegado-dijo el general Máximo Gómez. El hasta cierto punto hermético tono de aquella frase, decía mucho del sentir de los verdaderos independentistas. Emanaba de un hombre que afilaba sus palabras tan certeramente como había afilado su machete legendario.
El mismo día Juan Gualberto Gómez publicaba un respetuoso y firme artículo en El Fígaro habanero, criticando el nacimiento de una república muy distinta a la que ambicionaba su gran amigo Martí. Muchos ignoraron la voz de este gran patriota, hijo de esclavos, que fijó con su conducta a través de su vida el ejemplo de un verdadero independentista.
Los cubanos celebraron y marcaron este día como la más significativa de las fechas nacionales. Aquel 20 de mayo muchos cubanos también ignoraban que la república había nacido con un revólver en la cabeza.
La humillación del Tratado de Paris, donde no se le permitió a los cubanos participar después de haber perdido miles de vidas en las 3 guerras. La vejación de no dejar entrar a las tropas cubanas en Santiago ante la marcha triunfante de las tropas norteamericanas. El hecho de que le torció el brazo al recién nacido gobierno cubano dándole a elegir entre la Enmienda Platt o la no retirada de las tropas norteamericanas. El hecho de que posteriormente se puso en efecto en tres ocasiones, contribuyó a destruir el sueño martiano de soberanía total.
La historia nos enseña a no repetir errores. La historia también nos muestra como no muchos la leen para que se multipliquen los errores una y otra vez. El significado de esta fecha es imborrable mas bien porque es un significado simbólico que un hecho concreto.
La soberanía de Cuba, finalmente alcanzada en 1934, caería en las manos de gobernantes y dictadores con un mayor interés en marcar la historia y sus bolsillos que servir la patria. La inconsistencia y la indisciplina política llevaría a nuestra tierra a la plaga que hace 53 años la azota. Por eso hoy no estamos en Cuba celebrando el 20 de mayo.
La fecha también nos hace reflexionar sobre Pedro Luis Boitel, Frank País, José Antonia Echeverría, Bienvenido Infante, Laura Pollán y tantos otros que cayeron por alcanzar el sueño del 20 de mayo. Nos hace pensar en el sacrificio de nuestros presos y ex presos políticos, de los miles de fusilados, de los miles desaparecidos en el mar, de los ponen su vida en juego por la libertad de Cuba. Hombres y mujeres que escenificaron los hechos más emblemáticos de la herencia martiana.
Pienso en Tony Becil, un joven poeta de 18 años que poco tiempo después de arribar a estas tierras regresó a Cuba a luchar líricamente para ser fusilado de la manera más grotesca y humillante por los comunistas en 1981.
Me hace reflexionar lo lejos que estaba el ideal independentista de los crímenes más morbosos y absurdos del marxismo caribeño como el fusilamiento de los hermanos Ventura, Cipriano y Eugenio García-Marín, tres testigos de Jehová que pidieron asilo en la embajada del vaticano en La Habana. No mataron a nadie. No cometieron ningún crimen. Solamente entraron en una embajada a la que consideraban un santuario para escapar de la persecución religiosa. Después de ser traicionados por los líderes católicos y entregados a los comunistas fueron juzgados y asesinados el 2 de enero de 1981. Su madre fue condenada a 25 años de cárcel, acusada de tener conocimiento de las intenciones de sus hijos y no haberlos delatado a la policía política.
Existe todo un catálogo de crímenes como estos. Crímenes de los que poco o nada se ha escrito. Jamás documentado por las agencias dedicadas a los derechos humanos, que tan interesadas están si les dan o no apropiada alimentación a los terroristas que los Estados Unidos mantiene en la base Guantánamo y cuestionan por qué no se le ofrecieron garantías judiciales al terrorista Osama Bin Laden.
Pienso en como Martí cayó un 19 de mayo, siete años antes de la declaración de independencia, embriagado en su pureza soberana, buscando una bala que lo liberara de ver aquel 20 de mayo de 1902, al que hubiese estado completamente opuesto.
Reflexiono sobre tantos crímenes que se hubiesen evitado si la democracia, la autonomía y el respeto por los derechos humanos hubiesen sembrado sus semillas aquel 20 de mayo de 1902.
Sin embargo hermanos presos políticos cubanos, ustedes que cumplieron sacrificando lo mejor de sus vidas por lograr una Cuba soberana por primera vez, habían heredado la mitad de la libertad, la mitad de la autonomía, la mitad del anhelo que todo cubano bien nacido comparte. Mitad arrebatada en 1959 por la pesadilla que bajó de la montaña.
El 20 de mayo vibra en nuestro corazón nacional por el ejemplo de los que han dado todo por la verdadera y total libertad de Cuba. Por el ejemplo de ustedes que emularon a nuestro apóstol, que abrieron el camino, costoso camino, y del que no me cabe duda lleva a la patria al destino en que reine la voluntad general.
No es mi misión opacar la fecha, las sombras de la historia se han encargado de esta tarea. Pero es misión de todo escritor que ama a su patria y a los suyos guiar la atención y quizá la voluntad general hacia la luz, cantar las verdades que un día nos dieron la mitad de una libertad, cuando el llanto de las madres que han perdido a sus hijos es una realidad total. Cuando la sangre entregada por la patria no tiene mitades ni condiciones. Cuando la palabra independencia no puede estar partida en dos ni regida por enmiendas ni comunismos ni dictadores asesinos.
El 20 de mayo es el hijo más costoso que jamás haya tenido Cuba, porque por esta fecha lo mejor de Cuba ha derramado su sangre. Un hijo que ha encubado su luz por más de un siglo y al que todavía esperamos agobiados por ver su desarrollo frustrado una y otra vez, ya por el poder de un gran imperio y otro ya por la infección marxista encarnada en el hombre que más haya odiado a nuestro pueblo, a nuestra tierra.
No obstante hoy el 20 de mayo nos hace reunirnos y en múltiples ciudades a través del mundo. Nos hace estar pendientes a los sucesos de nuestra esclavizada patria, a la salud de los nuestros, al maltrato de los que hoy luchan para lograr que un día todos los cubanos despertemos en cuerpo y espíritu de esta larga letanía, ante un 20 de mayo donde se cumpla nuestra misión nacional, donde ninguna ideología foránea nos dicte los términos de nuestra emancipación, donde el derecho humano y la armonía sean los jefes supremos de nuestro gallardo y noble espíritu nacional.
West New York Town Hall, 17 de mayo del 2012.