La campaña del odio

No contento con atacar a Brian Stack y a su propia comunidad, ahora el alcalde de West New York, Sal Vega, arremete contra la comunidad dominicana por segunda vez; la primera fue la eliminación del distinguido comisionado Alcides Aguasvivas de su administración. El “hombre fuerte” de West New York no satisfecho con esto ha seguido viajando en su “Vagón del Odio” por los rincones del Condado de Hudson. Ahora se ha enfrascado en otro nivel más bajo y sucio: el de señalar a personas que una vez tuvieron problemas con la justicia y que ahora trabajan honestamente, para atacar primero a la comunidad dominicana y después a su némesis: Brian Stack.

Los más recientes mensajes postales de odio del Sr. Vega se encargan de señalar a personas que una vez-posiblemente-tuvieron problemas con la justicia y ahora trabajan honestamente y contribuyen a nuestra comunidad.

Vega no perdona. Vega no ha cometido ningún error en su vida. Es el representante de la Nueva Inquisición. No respeta si estas personas tienen familia, si tienen hijos, si tienen madres o padres. Lo único que a él le interesa es ganar-como sea-el asiento de senador del estado. A costa de la comunidad cubana, dominicana, a costa de todo, Vega ve a todo el condado de Hudson como un espejo donde se refleja su dislocada imagen con un letrero lumínico que lee: EL SENADOR SOY YO.

Todo indica que su comportamiento es copia de RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO con matices comunistas pues su lema está calcado del mismo Carlos Marx: “El fin justifica los medios.” Se ha rodeado de guapetones que tratan de intimidar a los seguidores de Brian Stack, amenaza y despide a los empleados de West New York que no le muestren la mayor sumisión y reverencia. Ha llegado a incitar a sus lacayos a tratar de intimidar a los periodistas. A uno de éstos secuaces, desgraciadamente con un nombre similar al mío, lo ha movido a guapetear que “me caería a palos y se desgraciaba conmigo.” A este extraño sujeto, apodado “Banca Rota”, lo invito a comer cuando y donde él quiera para limpiarle el rostro y la lengua embarrados por la infección que Sal Vega lleva en sus deplorables acciones. Esta gentuza, esta peste, existe siempre en la política. Estoy acostumbrado a lidiar con ellos. Esta es la chusma de Sal Vega. Para los hombres libres es un deber y una fiesta enfrentarnos a los brabucones de esquina que arrastran la lengua por las calles por la necesidad de un trabajo o la lacayería que esconde sus oscuros, inseguros y putrefactos instintos.

Asi Vega se ha enfrascado en su Campaña de Odio. Parece poseído por los demonios del poder. Tenía un futuro brillante cuando no había mostrado su verdadero rostro. Gane o pierda es un sucio y un político de baja calaña. Es un traidor. Es un hombre a quien no le interesa el pueblo. No tiene moral para acusar a nadie. No merece nuestro voto ni nuestro respeto. Su asquerosa campaña lo destaca en el nivel más bajo de la escala política humana. La comunidad cubana ni dominicana jamás olvidará sus insultantes ataques.

Brian Stack no es perfecto pero es un hombre. ha demostrado ser fiel a sus amigos. Cuando, siendo yo Co-Jefe de su Campaña en su campaña de 1998, perdimos de manera extraña frente a la maquinaria le expresé que lo sentía. “Perdimos una campaña pero tú ganaste un amigo por toda la vida” me contestó. Hasta hoy él ha cumplido porque él no traiciona a sus amigos. El no arremete contra las comunidades. El no le falta el respeto a los que le entregan su amistad y su confianza. Sal Vega es todo lo contrario.

Confío en el pueblo del distrito 33, en el pueblo de West New York-ahora esclavizado por Vega y su odiada secretaria. Creo en los buenos cubanos de West New York, en Cary y Joe Rodriguez y tantas excelentes personas que viven en esta ciudad. Confío en el voto de los que creen en la democracia, no en la dictadura. Confío en los que saben que Albio Sires es un hombre bueno que ha sido el eje de la reconstrucción de West New York y que ha sido tracionado por aquél en quien confió su ciudad.

El 5 de junio confío en la victoria de la Democracia.

UC 5 07


One Response to “La campaña del odio”

  1. […] públicamente de apoyar a Brian Stack para el senado estatal. Unas semanas después lidereó una de las campañas más sucias que se hayan visto en el condado de Hudson contra el propio Stack, a quien había prometido […]

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