“La esquina de mi memoria”: contundente testimonio de Teresa Cruz

Rafael Román Martel

La tragedia cubana , la “pesadilla caribeña” no puede ser resumida en una sola persona pero una persona es capaz de ofrecernos una ventana, suficientemente amplia a lo que viene a ser el delirio comunista en la isla de Cuba. Este es el caso de Teresa Cruz, quien vivió en carne propia la saña, el odio y la tortura de lo que es hoy-para muchos ingenuos y malintencionados- “el paraíso socialista”. En este libro Cruz resume, de una manera audaz y sincera-semejante a su personalidad-la realidad del sistema estalinista cubano. Su libro es un testimonio al que nos podemos afianzar todos los que creemos en la libertad. Su libro es un testimonio de reivindicación y valor de la mujer cubana después de haber sido expuesta a la más degradante realidad hoy, a más de 54 años, por Fidel Castro y su latifundio fascista: y a sus burgueses esclavos de la ideología que asesinó a más se 100 millones de seres humanos en el siglo XX: el comunismo.

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‘En esos días nos despojaron de la inocencia que pudiera habernos quedado de la niñez. Tenía trece años y mi hermano nueve, edades en que aún no nos había abandonado totalmente el pensamiento lúdico de la infancia. Lo mataron, mataron esa inocencia, mataron nuestro mundo infantil para forzarnos a vivir en el mundo esperpéntico de la represión.’

Teresa Cruz, “La esquina de la memoria”, Asopazco Edita, 2013.
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En este, un testimonio narrado con singular talento literario, con una herida dulce que emerge de la nostalgia y una amarga cicatriz semi-abierta como sólo puede dejar el sistema comunista, Cruz nos narra desde sus tempranos años pasando después a las mazmorras y celdas cubanas, una desgarrante autobiografía y una afilada definición del exilio: “El exilio es la traducción de una misma por el obligado andar por los pasillos ajenos”. Así nos transporta de un país en el que nació hacia un insólito planeta en el que mi generación tuvo el severo privilegio de crecer.

Cruz va hilvanando, con nombre y apellidos-capítulo a capítulo- la desintegración de una sociedad civil por un estado estalinista-castrista: su testimonio es una catálogo de víctimas, una reafirmación en primera plana del gran engaño del siglo XX, que hoy se afianza en los marginados e ignorantes pueblos del siglo XXI en Venezuela y otros estados latinoamericanos y africanos donde se vende el comunismo como “la nueva democracia”, lideriada por el populismo de extraños líderes burgueses, vestidoss de pueblo para ocultar sus pezuñas de lobos hambientos de poder.

“La esquina de mi memoria” no es sólo un libro necesario para nuestro tiempo, sino un testimonio para las próximas generaciones de cubanos y amantes de la libertad en todo el universo que deseen revisar la historia para jamás repetirla y para todo ser humano que se resista a dejarse encantar por la flauta embrujada de la plaga marxista. Es un testimonio que nos reafirma las páginas de Cheng Nien (Life and Death in Shanghai) o de la inolvidable denuncia al totalitarismo cubano de Armando Valladares (Contra toda esperanza).

Después de su desgarrante historia Teresa Cruz se exilió en Madrid, posteriormente se estableció en New Jersey donde enseña la norma y sus curiosidades. Se graduó Magna Cum Laude de Mercy College y de City University of New York obtuvo su Masters en Educación. Vive en New Jersey con su esposo Tony y es una activista por los derechos humanos y miembro de la Fundación Cubano-Americana.

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Este es un libro estremecedor que penetra, capítulo a capítulo, la senda de la niñez de cada ser humano que tuvo el infortunio de crecer bajo las garras del comunismo: es un espejo que refleja los primeros años de millones de seres humanos en cada rincón del mundo infectado por la plaga marxista.

Rafael Román Martel
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“La esquina de mi memoria”, primorosamente presentado por la casa editorial Asopazco Edita es una lectura obligada para los amantes de la libertad, para todo ser humano que resiste las garras del totalitarismo: para todos los demócratas. Para los que están en el trance comunista viene a ser la píldora “Realidad” que los lleve al camino de la rehabilitación. Para unos y otros es una lectura necesaria.

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”En Cuba ni los presos políticos ni los presos comunes tienen la protección jurídica requerida ya que el sistema carcelario es infernal y el sistema judicial está supeditado no ya al ejecutivo sino a la policía. Así era como la revolución devoraba a sus propios hijos. Porque ese tipo de trabajador que sustrae-en la isla se le dice desviar-los recursos que se ponen en sus manos, lo que necesite, ese ente cubano lo creó el comunismo, el castrismo’.

Teresa Cruz, “La esquina de mi memoria”, Asopazco Edita, 2013.
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