Sobre la amistad

Rafael Román Martel
La insuficiencia permanente de virtud en el hombre no puede ser causada por razones psíquicas, ni existe ciencia que pueda explicar este defecto que corrompe la calidad humana. En su estado prenatal el hombre acarrea, como una misión, la inminencia de su carácter, y lo que no podemos ver y se irá revelando según crezca; su intuitiva, sus intenciones, su proyección humana, etc. Se nos trata de explicar en teorías como el medio ambiente, las reacciónes del ego, etc., se nos trata de justificar con la inexactitud del horóscopo o rasgos de herencia, las diferentes formas de desahogo, ya sea violenta o pasiva que marcan al ser humano.Como la esperaza o la caridad, virtudes vinculadas a Dios, la amistad es quizá la más preciada de éstas.Cicerón en su Tratado de la Amistad define los elementos que la sostienen y eleva sus características y la magia que une a dos o más seres humanos, en el verdadero caso, de una manera inseparable:”Un acuerdo completo en todas las materias humanas y divinas, enlazadas mutuamente a la buena intención y al afecto.” . Esta definición se aplica al aparato conceptual que tiene por fuerza que liberarse hacia otras más abiertas ante circunstancias que no se ajustan a lo dicho, no obstante, triunfa la amistad aunque un acuerdo completo no se someta ante el hecho de la fraternidad, pues la amistad no nace necesariamente ante una necesidad de agrupar una serie de opiniones paralelas, y si solamente naciese bajo estos términos estaríamos en peligro de caer en la adulación, no podríamos considerar que, por otra parte, el desacuerdo puede fundar el respeto entre seres civilizados, aún con conceptos diferentes, y esto conllevarlos en el peso de ser amigos.

Entre las muchas disertaciones sobre la amistad desde Pitágoras, Lord Byron, Salustio, -por citar algunos- Joseph Roux en sus Meditaciones acertadamente pregunta “¿Qué es la amistad? Dos cuerpos en un alma.” Tal elevación revela el sentido estremecedor que alcanza la realización del ideal en su lucidez total. Roux concibe la amistad como un desprendimiento del cuerpo, una entrega física que encuentra su resolución en el alma del amigo, por lo tanto implica que la amistad conquista todo tipo de metafísica que la límite y la transporta a lo etéreo como identificación mutua de la continencia en que se desenvuelve.

Se dice que los grandes hombres de la historia no tienen amigos, están solos por lo inalcanzable de su entendimiento y sensibilidad. Sin embargo la mayoría ha teorizado sobre la amistad ; una de las más nobles virtudes que experimenta una realidad exacta en la multiplicidad existencial del hombre. Plutarco en susVidas nos narra demonstraciones de afecto en las cuales la vida toma un segundo lugar ante la defensa del honor entre dos soldados romanos. Entre éstas, nos cuenta como un centurión que ha caído derribado por un golpe de espaldas le ruega a su enemigo que antes de matarlo lo volteé de frente para no sufrir la vergüenza, que después de muerto y terminada la batalla, su amigo crea que ha muerto de espaldas en una actitud cobarde. La amistad de César y Antonio crece y llega a su máxima expresión después de la muerte del primero y la consecuente venganza de sus enemigos por el segundo. Las lágrimas de César al ver la cabeza de Pompeyo en Alexandría, después de haberle ganado la guerra, es otro ejemplo.

Es perfectamente cínico, entonces, que la potencia de la palabra, la pureza del concepto hecho realidad sean abusados por los que desconocen su esencia. Martí anteponía a un amigo verdadero al amor. Mitológicamente, Aquiles, renuente a pelear en la Guerra de Troya, cambió de actitud ante el hecho de la muerte de su amigo Patroclo en manos de Héctor. Muchos son los hombres que han seguido a sus amigos hasta la muerte a través de la transición de las épocas. El amigo no es el que nos puededar una mano o salvarnos la vida, amigo es nuestra tercera mano y a la vez nuestro desprendimineto y amor por la vida.

Vital es el respeto que fija la amistad como punto de partida, arma que impone la magnitud de la unión ante los que intenten romper sus cadenas, y el respeto afectará de manera directa el crecimiento y el sosiego que alcanzan las verdaderas amistades. La envidia, la empalagosa imitación, la deslealtad, el vicio de la competencia, todas hijas de la mala intención, se esconden detrás de las risueñas máscaras que emplean los enemigos de la virtud. Estos venenos operan en ellos como, por el contrario, Dios opera en el limpio de alma: el verdadero hombre.

No existen amigos y “amigos” , sólo existe la amistad, que raramente experimenta su impacto permanente en aquéllos seres que “atraen el afecto” y que a su vez corresponden de la forma más balanceada a las exigencias de la virtud.

Si les pregunto: ¿Cuántos amigos tienen? Sobrarán dedos en una mano para contarlos, en los más afortunados. Pues aquel que en un alarde de jactancia conteste- muchos- tendrá, les aseguro, que aplicarle un filtro a su mediocridad. Disernir en la amistad es fácil, la amistad estará presente, sobre todo, en las circumstancias más adversas. Los otros, estarán presentes al acecho de la convenencia y materialismo.

La libertad de espíritu revela el respeto que jamás separa a los amigos, ni siquiera en los más fuertes componentes sociales como la política, la religión o el dinero. El despredimiento de estigmas y banderas es señal lúcida de aquél en quien vive la virtud y está abierto a la amistad. Muerto el interés desde el comienzo, viva la humildad, la entrega y sobre todo el respeto humano, no importa que hablemos en otras lenguas o que el nuevo milenio nos ahogue en su latido tecnológico, en su postura indiferente a las humanidades, amante ante las computadoras; la amistad encontrará su rincón hasta en los más rezagados existencialistas, aunque por falta de virtud no lleguen a palparla.


One Response to “Sobre la amistad”

  1. EXCELENTE.

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