Political Reporter #13
Para poner la situación política de Union City en perspectiva no es necesario ser un experto en Ciencias política ni asistir a la consulta de un babalao.
Con una dósis de sentido común es suficiente.
La situación del presupuesto en la ciudad es difícil, no hay dudas. La gran pregunta es: ¿Quién creó este déficit? ¿Dónde originó el problema y con tantos expertos en política por qué solamente Brian Stack y los que lo apoyaron en su campaña de 1998 pudieron predecir lo que está sucediendo? Porque este déficit y la deuda, que entonces era de $60 millones, el despilfarro de los sueldos, las botellas y otro repertorio de deficiencias lo predecimos repetidamente durante la campaña. Lo curioso es que los que ahora se han agrupado para desbaratar a “Unidad” y destruir al alcalde García son los que por muchos años se callaron la boca mientras en esta ciudad se subían los impuestos, se abusaba del poder político, se le pagaban 300 mil dólares al año en anuncios a periódicos que mantenían sus páginas llenas de fotos de fiestas y politiquerías, mientras el ciudadano trabajador seguía pagando increíbles aumentos de impuestos de propiedad, el odiado “Sewer Tax” y otros. Todas estas personas que formaban parte de la poderosa organización Alianza, y que hicieron todo lo po-sible y más para que Raúl “Rudy” García fuera electo sobre la fuerza popular de Brian Stack, ahora ven todo mal en Union City, simplemente porque el alcalde no está haciendo lo que ellos quieren, porque el alcalde ha tenido la “osadía” de independizarse de ellos y no está dispuesto a cumplir con sus deseos.
Mucho más importante está el hecho de que poderosos intereses mueven las cuerdas de los portavoces de la oposición. García ha reemplazado los puestos de opulentes figuras que se mueven en los más estrechos círculos de la política por personas que responden a su lealtad y a sus intereses, asi como a los intereses de sus proyectos en la ciudad. Algunas de estas personas han perdido sus puestos de privilegio y de poder y no se han quedado con los brazos cruzados. Se han reunido, han conspirado, se han aliado a sus viejos compañeros de Alianza. Sueñan con el pasado, luchan por que éste regrese a Union City, y a sus bolsillos.
En la elecciones de noviembre de 1999 se demostró la fuerza popular de García y Stack. La vieja guardia trató de aguantar los votos y asi demostrar su fuerza política. Pero la táctica no funcionó ni siquiera en una noche de torrenciales aguaceros. “Unidad” no sólo logró arrasar con sus contrincantes repúblicanos, sino que llevó de la mano al alcalde de West New York, Albio Sires a un asiento en la asamblea, algo de lo que Sires debe estar eternamente agradecido. También envió un claro mensaje: el dúo García-Stack repre-sentaban la fuerza más poderosa en el condado, neutralizando al congresista Menéndez del control local.
Una vez pasadas las elecciones de noviembre la táctica de atacar al alcalde por todos los medios se intensificó, llegando a lo personal. A Stack no se le atacaba-ni se le ataca de la misma forma- porque su poder político es demasiado independiente y sólido para ser despreciado. Se coquetea con Stack para que deje al alcalde y se una al tren de la oposición.
Esto es una inteligente y cruda jugada política. Una vez que Stack cruza el puente, se concentrarían en eliminar a García de la política, a la vez que lentamente irían controlando a Stack. La posibilidad de colocar al comisonado Rafael Fraguela en la alcaldía siempre está latente. Porque, en realidad, la antigua maquinaria detesta a Brian Stack. Es Stack el que le ha creado los problemas y al final la desarmó.
Ganándole las elecciones a Antún en 1997, Brian demostró que la maquinaria era vulnerable. Un año más tarde y con sólo 170 mil dólares contra $1,250.000 que se estima gastó Alianza, Stack hizo tambalear los cimientos de la organización. Con típicas maniobras se trató de controlar a “Rudy” García. García no cedió a las presiones y exigencias de la maquinaria y decidió fundar con Stack su propia organización: esto es lo que no perdonan los rivales de García. Por eso hoy lo tratan de destruir con los problemas fiscales-el presupuesto-que ellos mismos crearon y entregaron en la mano del alcalde como una especie de tarjeta de crédito usada hasta el tope y utilizada como rehén político.
Si García no hubiese creado su propia organización política todo este escándalo de la subida de impuestos, las demandas en la corte, la venta del estadium y otras estrategias para balancear el déficit, ni siquiera salieran a la luz. El único ataque político que tiene válidez, si se efectuara, sería el de Stack, porque fue Stack el que luchó contra todo lo que está sucediendo y lo pronosticó. En 1997 debatiendo con el comisonado Fraguela, Stack predijo que Union City enfrentaría una crísis en el futuro inmediato. Para 1998, estando nosotros en campaña la deuda de la ciudad había llegado a la escalofriante cifra de $60 millones. ¿Quién había creado este déficit, “Rudy García”? No. Esto fue creado por anteriores administraciones, que llegaron a subir los impuestos hasta un 31% en un sólo año. Ahora quieren hacerle ver al pueblo que fue el alcalde el que creó la crisis. A esto se le puede llamar “tergiversismo político.”
No hay dudas que García ha colocado a varios funcionarios de su gobierno con altísimos salarios, que no son hispanos y ni siquiera viven aqui. Esta es una realidad indiscutible. ¿Pero es que acaso en las administraciones de Menéndez y Walters todo el mundo que trabajaba y obtenía contratos de City Hall eran hispanos y vivían aquí? Claro que no. Pero de eso no hablan los que tanto critican las gestiones de García.
En la política todo es posible. Estamos a dos años de las elecciones y dos años en política es mucho tiempo. Si “Unidad” se divide Union City será testigo de otra intensa batalla política. Si se mantiene unida lo mismo. Y es que se juegan muchos intereses, mucho dinero, mucho poder. El Ejecutivo del Condado tendría que tomar una decisión, lo más probable es que apoye a los opositores de “Unidad”. Albio Sires tendría que hacer algo parecido, si decide ir contra Stack y García y éstos ganan, los días políticos de Sires, justificadamente estarían contados.
La única solución diplomática sería que Al Gore ganara las elecciones presidenciales y el congresista Robert Menéndez ocupara una secretaría del gobierno. Entonces existiría la posibilidad de que uno y otro campo se apoyara para solidificar posiciones en el gobierno federal, en el congreso de Estados Unidos y en la alcaldía de Union City.
Por el momento continúa el ataque contra el alcalde. El comisionado Fraguela parece ser la figura más pública en esta avanzada. En realidad, apelar a Fraguela para liderear la oposición no ofrece muchas po-sibilidades si “Unidad” continúa fuerte. Las “soluciones” del comisionado han llegado tarde, y carece de un elemento esencial en política: carisma. Fraguela ha estado sentado por los últimos siete años en la silla de comisionado desde donde ha subido los impuestos siete veces, manteniéndo su voz en el bolsillo durante todo ese período de tiempo. Salir ahora a la arena política disfrazado de “defensor del pueblo” es algo así como un chiste de mal gusto.
No obstante, si existe un cualidad que posee el comisionado es una intensa lealtad a su aliado político, Robert Menéndez. Esta lealtad, que es loable en el ser humano, viene a ser un cuchillo de dos filos para Fraguela, porque el pueblo se pregunta: ¿Hasta qué punto es un hombre leal e independiente o una marioneta utilizada por los escombros de la vieja maquinaria?