Secuestro de Elián

Vil Clinton
De manera fascista secuestran a
Elián González

Al Gore y Janet Reno parte esencial del secuestro
(2da. parte)
Por Rafael Román Martel

En una de las últimas travesuras que Vil Clinton le ha jugado a la comunidad cubana, el presidente le dio el puntillazo al caso Elian Gonzáles el pasado jueves 20 de abril, cuando afirmó que no habían ya excusas para no entregarle el niño a su padre: Fidel Castro.

Pero lo que sucedió el 22 de abril, Sábado Santo, pasó de ser de otra travesura a una infamia. Con tácticas facistas, a punta de ametralladoras, tirando gases lagrimójenos y repartiendo golpes, los agentes del gobierno federal secuestraron a Elián Gonzáles de su casa en la Pequeña Habana.

Las escenas refrescan la memoria de la Alemania Nazi, cuando el partido de Hitler sacaba a los judíos de sus casas a la manera más brutal para llevarlos a campos de exterminación.

Es una vergüenza para Clinton y el sumiso Al Gore, quien seguramente paragá en las urnas por este acto digno de Fidel Castro, no de representantes del país que alardea ser el más demócratico del universo.

No puede haber un sólo cubano con un ápice de dignidad pueda votar por este hombre, quien por mucho que trate de excusarse es parte de esta ignominiosa acción. El es parte de la misma camarilla, de la misma infección.

Para Janet Reno, nuestro más profundo desprecio. No satisfecha con tener en su conciencia 82 muertes violentas, causadas por otra de sus criminales decisiones en WACO, Texas, ahora, al final de su término, recurre a este tipo de acción terrorista para arrebatarle un niño a la libertad. Janet Reno representa, puesta por Clinton y Gore, a la justicia de este país. También representa lo más bajo del ser humano. Janet Reno es, simplemente, una salvaje.

Esto pone en evidencia que todo estaba arreglado entre Clinton y Castro para llevar a Elián a los brazos del dictador cubano.

Es acertado concluir que la condición aceptada por el presidente al dictador cubano, para que dejara salir del país al padre biológico de Elian, fue que éste no regresaba a Cuba sin su hijo. Esto suscitó un extraño hecho: que Clinton cumpliera con su palabra.

El hombre de la Casa Blanca y su cadre , Hillary, pusieron en manos de Fidel hasta a su propio abogado. La cosa no puede estar más clara: la plaga de los Clinton se ensañaba una vez más con la comunidad cubana.

Son muchos los personajes que salieron a defender la causa de Fidel. El congresista Serrano es uno de losque más sumisión ha mostrado al dictador cubano. Charlie Rangel y una escándalosa pandilla de socialistas han unido fuerzas a nombre de la reunificación de un padre con su hijo para defender sus intereses políticos embarrados de la sangre de más de 100 millones de seres humanos: ese es el legado del comunismo internacional que solapadamente admiran estos tristes personajes. De la prensa norteamericana la que de manera más obvia y subjetiva ha cubierto la tragedia de Elián Gonzáles es CNN, que-como es su tradición de forma cínicamente sutil, ha justificado la posición de Fidel Castro y sus simpatizantes.

El legado de un mentiroso

Y es que el legado de Clinton con los cubanos que nos encontramos fuera de Cuba por razones políticas no puede ser más oscuro ni más mal intencionado. Nos quitó el derecho de asilo político, recluyó en Guantánamo a la fuerza a los que arriegaron sus vidas para escapar de Cuba, ha hecho todo lo posible por renaudar relaciones diplomáticas con el régimen de la Habana, ha apoyado cualquier iniciativa que tienda a legitimizar el estado comunista que por 41 años ha privado de libertad a los cuba-nos. Ahora devuelve a Elián y no hay mucho espacio para dudas que el arreglo diplomático esté en camino. Lo más triste es que mientras realizaba todas estas gestiones cientos de miles de cubanos votaron por su reelección, y cuando alzabamos la voz para señalar las deficiencias políticas y morales del presidente, muchos contestaron: “la economía está de maravillas.” Lo menos que estas personas pueden hacer es salir a votar en masa por Al Gore e irse a Nueva York a hacer campaña por Hillary Clinton, asi al menos conservarán cierta convicción política, cierta lealtad, por muy indigna que esta sea.

Ningún presidente norteamericano ha ultilizado su posición de poder para decir tantas mentiras como Vil Clinton. Le ha mentido a su familia, a sus amigos, a todo el país y, desde luego, a la comunidad cubana, a la cual les dijo en 1992 en el mismo Miami: “Cuando sea presidente le apretaré el pedal a Castro.”

La historia de los Clinton está llena de oscuridad, ampliamente documentada por más de dos docenas de libros, con estremecientes testimonios que dan constancia de las maniobras de esta gente desde sus primeros pasos políticos en Arkansas, hasta sus escándalos en la Casa Blanca.

El progreso económico de que tanto se ha hablado lo estamos disfrutando ahora, cuando pagamos $1.67 por un galón de gasolina y la bolsa de valores comienza a desinflarse. Esto, que puede parecer una retórica de corte repúblicano está lejos de serlo; George Bush Jr. tampoco ofrece un liderazgo convincente y estoy muy lejos de creer que un presidente tenga el poder de cambiar las rígidas estructuras comerciales de este país, que alimentan sus campañas. Pero con la crisis de liderazgo que atraviesa este país, especialmente esta administración, cualquier candidato es mejor que Al Gore.

En rigor, los políticos están a merced de los grandes intereses. Los ideales han pasado a ser parte de los libros de historia.

Elián Gonzáles ha sido otra pieza en manos de intereses políticos. Vamos a ver cuánto provecho le saca, tanto Fidel como la izquierda norteamericana. Una vez más las masas han quedado vulnerables ante la manipulación de la prensa y la política, que ha puesto a todo el mundo a discutir sobre un niño, para manejar telarañas políticas en una mesa donde se sientan a comer dos extremos que coinciden en un número de iniquidades: un dictador recalcitrante de naturaleza criminal y el más libertino de los políticos, carente de escrúpulos y moral.


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